Buenos días! (Lo de buenos, por decir algo... porque vaya día! Que llegue el solecito ya, pero para quedarse!!)
Hoy dejamos Finlandia arriba, y os enseño las fotos de un viaje precioso y a un sitio no demasiado conocido. Al leer Austria, supongo que la mayoría pensaréis en Viena, incluso en Salzburgo, pero no se si os sonarán pueblos como Hallstatt, Lech o Saint Gilgen, y si las fotos consiguen representar una pequeña parte de como son, seguro que acabáis igual de enamorados que yo.
Os contaré el viaje, tal y como lo hicimos nosotros. Volamos al aeropuerto de Múnich ( fue lo único que vimos de Múnich) y allí cogimos un coche con el que hicimos todo el recorrido. El primer día llegamos tarde así que sólo nos dio tiempo de llegar a nuestro primer destino: Füssen, todavía en Alemania (y sí, es importante, con puntos. Hay otro Fussen, este sin puntos, más o menos a los mismos kilómetros de Múnich, y que no tiene absolutamente nada... No lo digo porque nosotros fuéramos hasta allí por error para nada, no... Qué desastre!).
Füssen es un pueblo pequeñito, con edificios pequeños y mucho encanto, pero no tiene nada en especial dentro del pueblo. Pero a tan sólo 5 km. tiene dos castillos preciosos: Neuschwanstein y Hohenschwangau, abrazados por los Alpes.
El primero de ellos está muy cerca del pueblo donde se compran las entradas, al lado de un lago precioso. En un paseo de unos diez minutos, o menos, estas arriba. En mi humilde opinión, los castillos por fuera son preciosos, y las vistas más aún, pero por dentro no valen demasiado la pena, pero repito, eso es sólo una opinión personal.
Estaba bastante nublado, por lo que los majestuosos Alpes sólo se intuyen al fondo de las fotografías, pero en directo se veían mucho mejor y es realmente impresionante.
Y desde este castillo puede verse al fondo, entre las montañas, el segundo de ellos. Bastante más grande, fue un capricho del Rey Luis II de Baviera, construido especialmente para él, al estilo medieval.
Para llegar al segundo castillo hay un paseo muy bonito, pero algo agotador, porque es una subida considerable entre montañas, que para los menos deportistas está también la opción de subir en carro de caballos. En total la subida se hace en unos 35-40 minutos.
Esta foto es desde el primer castillo, y podéis ver al fondo el segundo, que desde aquí parecía pequeño.
Cuando ya estábamos casi llegando hicimos un descanso para probar los típicos "Semmel", que son básicamente panecitos con sal gorda y forma curiosa.
Al acabar la ruta por los castillos, nos volvimos a poner en ruta hacía Innsbruck, pero decidimos desviarnos un poco, para ir por una carretera que nos habían aconsejado conocer y para en alguno de los pueblecitos escondidos bajo los Alpes.
A pocos kilómetros de Füssen ya se entra en Austria, y recordar para aquellos que vayan en coche, que en las autopistas de Austria es necesario comprar "La Vignete" (cuesta unos 9 euros para 10 días).
La verdad es que la carretera es preciosa, te sientes tan pequeño cuando estas rodeado de esas montañas tan tan altas! Y decidimos parar en un pueblo típico de esquiadores, Lech.
¿Qué no hay nieve en Helsinki? Tranquilos, ya voy yo en su búsqueda! (A eso le llamo yo, ser masoca). Pero la verdad es que el paisaje era impresionante, ¿verdad?
Y el día no se acabó aquí, todavía teníamos que llegar a Innsbruck y después de cenar en muy buena compañía (muchas gracias por todo Inés!!) fuimos a dar un paseo por una ciudad, que me sorprendió en todos los sentidos.
Innsbruck es una ciudad pequeña, en medio de los Alpes, en este caso es alargada, y a lado y lado hay dos montañas enormes. Allí se practican muchísimos deportes de invierno. Poco, más o menos, allí los niños, nacen con los esquís debajo del brazo, en vez del pan.
Me pareció súper curiosos que en el aeropuerto de Innsbruck no puede aterrizar cualquier piloto, solamente unos cuantos privilegiados son capaces de maniobrar esos grandes "pájaros" para conseguir no estamparse contra alguna montaña y conseguir aterrizar en el lugar correcto.
De Innsbruck, desafortunadamente, no puedo enseñaros fotos porque vimos la ciudad de noche dando un paseo y dejamos la cámara en casa.
¿Habéis visto lo que da de sí un sólo día? Sólo nos hizo falta levantarnos un poco temprano y tener las pilas bien cargadas.
El segundo día no dio tanto de sí. Fuimos a conocer Salzburgo, pasando previamente por Hall in Tirol, un pueblecito de la zona tirolense muy cerca de Innsbruck.
Salzburgo es una ciudad bonita, que se caracteriza porque fue la ciudad natal de Mozart, pero para mi todo el encanto de este viaje se lo llevan los pequeños pueblos y los preciosos paisajes.
Como la mayoría de las ciudades actualmente, Salzburgo también tiene su puente del amor.
Pues hasta aquí este post, tengo reservado para el siguiente el pueblo que me enamoró, y al que pienso volver seguro. Para que os hagáis una idea, creo que tengo las mismas fotos en un pequeño pueblecito, que en todo el resto de sitios que visitamos.
Temperatura: El tiempo en Helsinki parece que quiere mejorar, pero estos tres últimos días ha hecho un tiempo de perros, nublado, lloviendo y con más frío del que teníamos últimamente. Rondando los 3-5º.
Horas de luz: esto me fascina, tenemos que llegar a Junio con todo el día de luz, y para eso, las horas de luz corren muchísimo! Amanece a las 6:09 y anochece a las 20:33. Qué maravilla!!
Muuuuuua!